lunes, 25 de agosto de 2014

DE PASIONES Y CADENAS


Ayuntamiento de Burguillos, día 22 de agosto de 2014.
Presentación de la novela "Esclavos de un motivo",
clasificada entre las diez finalistas del L Premio Planeta

Eran las siete de la tarde. La Semana Cultural programada por el Ayuntamiento de Burguillos de Toledo se iniciaba con la presentación de mi última novela, Esclavos de un motivo, publicada por Autores Premiados; una historia de pasiones que aborda la inconsistente libertad de los actos humanos.
Las palabras brotaban con la misma naturalidad que hubieran surgido en cualquier reunión de amigos: los motivos que nos empujan a obrar, las causas internas y externas que condicionan nuestros actos, las pasiones humanas, capaces de convulsionar tantas veces nuestras vidas, hasta el punto de arrancar las voluntades como si fueran hojas.
De este modo, entre el calor de la tarde agosteña, fuimos descubriendo los entresijos de la historia de Andrea Morales, a quien una pasión inconveniente la encarceló en el pasado, y la hipocresía de una norma secuestró sus latidos de mujer. Las duras circunstancias que marcaron su vida, obligarían a esta doctora especialista en anestesiología a adormecer sus propios sentimientos, tal como hiciera en su tarea de anestesista con el cuerpo de sus pacientes.
Después, fuimos aproximándonos a cada uno de los personajes, a sus motivaciones más ocultas; las mismas que hacían girar la rueda de su existencia en la búsqueda muchas veces inútil de la felicidad.


Por último, llegó la pregunta final. La que daría pie a un coloquio rico y participativo:
¿Realmente somos libres? Y si aceptamos que nuestra libertad está condicionada, ¿cuáles son las cadenas que coartan nuestros actos?
De gran peso sin duda en el obrar humano, y así fue admitido y compartido por la mayoría de los asistentes, serían las circunstancias recogidas en uno de los párrafos de la novela, que bien pudiera encerrar el resumen de la tesis planteada en la misma: El lugar donde nacemos, la familia, los estereotipos culturales o religiosos que se nos transmiten, las personas que nos vamos encontrando en nuestro caminar, los sentimientos que éstas llegan a despertar en nosotros, no son otra cosa que eslabones de una misma cadena que nos hace prisioneros de la vida, apretando más y más el cerco en derredor nuestro.
Una tarde para guardarla en la memoria.
Y como no hay dos sin tres, parafraseando a Jónatan Fernández, Concejal de Cultura que promovió esta actividad literaria, cierro mi reseña manifestando una intención y un deseo: yo también “sueño con el retorno”.  

Consolación González Rico



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