martes, 29 de julio de 2014

DETRÁS DEL SILENCIO


Torrecilla de la Jara. Camino que bordea el río Castaño.
-Julio de 2014-


Junto a la tapia blanca
que cobija el silencio,
camino polvoriento
de cardos abrasados,
siento bajo mis pasos
pisadas de otros días,
huellas lejanas
sobre la tierra ardiente
de aquéllos que descansan
detrás del muro incierto.

Sus carreras gozosas
en la edad más temprana,
cuando el amor urgía
los felices encuentros
en primaveras verdes
de trigales y besos.

Su regreso cansado
del trabajo en el campo,
helados por el frío
los huesos y el aliento;
pies y manos de escarcha
entre hileras de olivos,
recogiendo los frutos
de las ramas y el suelo.

Y el sudor en su piel,
hábito salvador
en veranos de fuego,
amanojando espigas,
entre mares dorados
por soles justicieros.

Y la marcha extenuada
de mujeres tenaces,
que portaban calladas
el peso de sus cestos,
tras horas, de rodillas,
al borde del arroyo,
vuelos de ropa y manos
del agua al lavadero.

Antes de abandonarte,
camino polvoriento,
vuelvo mis ojos
hacia la tapia blanca,
que cobija el descanso
de quienes ya se fueron…
Detrás de aquellos límites,
todo es paz y silencio.

Consolación González Rico