viernes, 6 de enero de 2017

SIN JUGUETES NI RISAS


No hay magia en las ventanas de su casa,
el estruendo se llevó los cimientos,
las manos de su madre, sus caricias,
el abrigo y el pan, los juguetes,
la risa, los muros de la escuela,
las ropas que cubrían su cuerpo.
Y le dejó un desgarro en la mirada,
una tristeza fría, un mutismo de hielo,
quemaduras que curarán por fuera,
heridas que anidarán por dentro…
Y un camino que nunca se termina,
suelos de barro, alambradas, hambre,
lonas que guardan la orfandad y el miedo.

Exclusión de una infancia sin raíces,
que ha aprendido a llorar en silencio…

Consolación González Rico