viernes, 29 de diciembre de 2017

MI AÑO LITERARIO





   Termina el año con sabor a letras y a emociones. Después de haber pasado por las bibliotecas  de Almonacid, Cobisa, Magán, Malpica, Pantoja, Urda y Yuncos, sin olvidar mi encuentro con el grupo de lectura de Parque Blanco, ni mi visita al CEPA Teresa Enríquez de Torrijos, diciembre culminó con la presentación de “La calma de las arañas” en la Biblioteca Santa María de Benquerencia de Toledo, un emotivo broche final. 
   Mi agradecimiento a bibliotecarias y bibliotecarios, miembros de clubes de lectura, lectores que me acompañasteis en estos encuentros.
   Agradeceros de forma especial las muestras de cariño que recibí el día 14 de diciembre. Fue una tarde magnífica en la que las palabras de Jesús Gallardo trazaron con acierto y brillantez las claves de la novela, una historia de perdedores, de caminos torcidos.
   En la presentación de mi quinta novela, sentí de cerca la calidez de tantos amigos, de tantas lectoras y lectores que quisieron estar conmigo ese día, cuya presencia me llenó de satisfacción. Confieso que esa tarde, la del 14 de diciembre, dejó una marca en mí que nunca podrá borrarse. 
   
   ¿Cómo no seguir escribiendo? La escritura es en mi día a día un descubrimiento, un aprendizaje gozoso, un viaje hacia lo desconocido; la oportunidad de vivir mil vidas, tantas como personajes puedas crear o encontrar en las páginas de un libro. Una manera vivir los sueños. Una forma de sobredimensionar el tiempo, las emociones y el sentir. Un juego en el que soy libre. Mis personajes hablan por mí, dicen lo que deseo, lo que siento, lo que me gustaría sentir... Es un mundo sin límites de vivencias y emociones.

   Pero quizá, el eje de mi obra narrativa sea, por encima de todo, una reflexión sobre la realidad próxima o lejana, sobre el peso de las circunstancias en nuestras vidas; una denuncia sobre lo que no me gusta del mundo en el que me ha tocado vivir; una formulación de preguntas a mí misma, las que traslado al futuro lector, entreveradas entre las páginas del libro, con la intención de acercarle a esa realidad. 
   Mi objetivo es que piense sobre ella, que encuentre su verdad. El ser humano busca verdades, y en este sentido la literatura, además de divertimento y deleite, es también una introspección interior: la que se produce en el acto libre y voluntario de la lectura.

   Gracias por leerme.

   ¡Feliz 2018!

   
   Consolación González Rico


                                   El peso de los relojes. "La calma de las arañas".        

viernes, 15 de diciembre de 2017

PALABRAS DE MAR MAESTRO




Se llama Mar Maestro, es poeta y sueña en azul; "Mar de sueños azules", como el título de uno de sus poemarios.
Vino de Madrid en el AVE, ayer a las cinco, para acompañarme en la presentación de mi novela "La calma de las arañas". Mientras presentábamos el libro, según me contaron después, no dejaba de tomar notas.  
Acaba de enviarme sus impresiones, y me han llegado tan hondo que quiero guardarlas en mi rincón de las palabras, para que permanezcan junto con las emociones que han provocado en mí. 
¡Gracias, Mar!


LA CALMA DE LAS ARAÑAS

Para quien nada sabe de una novela, asistir a su presentación puede ser un arma de dos filos, dado que en ocasiones se despiertan tantos secretos que se puede perder el interés, o al contrario, ganarlo.
Este encuentro literario, ayer consiguió reunir en torno a su escritora a un centenar de amigos y compañeros, seguidores y familia, envolviendo a CONSOLACIÓN GONZÁLEZ RICO en una presentación que consiguió despertar gratamente el interés sobre los personajes y la trama de la novela.

La presentación fue dirigida en un principio por el periodista Jesús Gallardo, que nos condujo por los interiores de la obra destacando los puntos más relevantes, los motivos de la autora para escoger este tema, tan distinto a sus anteriores trabajos literarios. Así nos adentra en el mundo hostil de la cárcel y las interacciones de los tres personajes centrales con la psicóloga del centro penitenciario, en una cita que los reúne cada jueves. Completamente diferentes entre sí, aparentemente no tienen nada en común, y sin embargo, en cuanto avanza la trama, se descubre un denominador común: las relaciones de poder y la necesidad de afecto.

La novela, que tiene también escenarios en Chile, por lo que aparecen en ella el lenguaje y el argot propios del país, es un viaje por la vida, donde Consolación nos conduce por un mundo de supervivencias, de luchas contra los prejuicios de una sociedad que ha dejado marcas en la forma de ser y de sentir de cada uno; huellas que provocan las emociones que esconden en lo más adentro, logrando meterse en la mente y cuerpo de sus personajes con mimetismo absoluto, intentando despertar las conciencias y rechazar ante el mundo las cosas que no le gustan.

En definitiva, una presentación absoluta, brillante en su  exposición, medida y preparada, sobradamente disfrutada, tanto por Jesús como por Consolación, que presentan una novela con dureza y realidad, pero también llena de ternura y de gestos emotivos, expresados con naturalidad y con pasión, buceando en lo más profundo de la mente  de cada personaje, con un mimetismo extraordinario que nos traslada a ese lugar en el que los relojes pesan, todo tarda en llegar… y el tiempo crece para no hacer nada…


MAR MAESTRO 

EN LA PRESENTACIÓN,  DE 
"LA CALMA DE LAS ARAÑAS"
DE CONSOLACION GONZALEZ RICO



lunes, 16 de octubre de 2017

MI QUINTA NOVELA








Hay temas que te llaman, personajes que vienen de fuera para buscarte, que te sacan de tu confort, de tu piel y de tus zapatos para caminar por senderos inexplorados y remotos.
Es entonces cuando tu cabeza y tu corazón tratan de pensar y de sentir desde otras realidades ajenas a ti. Así fue como surgió "La calma de las arañas". 

He de confesar que en esta novela me alejé bastante del camino seguro, me aventuré a explorar geografías vitales descarnadas, espinosas. Sin embargo, mi deseo de entender y explicar esas realidades lejanas fue más fuerte que el temor a quedarme en el camino.

Quienes conocéis mi obra, sabéis que en ella reflexiono sobre la sociedad de nuestro tiempo, me planteo preguntas, busco respuestas, denuncio lo que no me gusta, trato de dar vida a las huellas de mi memoria; me sumerjo en la mente y en las emociones de los personajes, intentando hallar la esencia del ser humano. Pero tampoco olvido las circunstancias que trazan la trayectoria vital de cada uno.

En “La calma de las arañas” están presentes también los mismos ejes constantes de mi narrativa, pero con la dificultad añadida de que esta vez el escenario es la cárcel, y los personajes, tres hombres que llegan a ella por senderos diferentes. Tres perdedores que llevan a sus espaldas las marcas de la genética, del abandono y el maltrato infantil, de la homofobia o la pobreza.
Tres vidas que se tuercen, tres voces que se cuentan con lenguaje crudo. A veces provocador.
Tres historias que se hacen presentes cada noche en la oscuridad de la celda; que reviven con dolor en medio de la soledad.



Consolación González Rico






sábado, 27 de mayo de 2017

HABLANDO DE LIBROS



  Eran las once de la mañana cuando entraba en el Centro de Educación de Personas Adultas Teresa Enríquez de Torrijos. Tengo que reconocer que al subir las escaleras me desconcertó la algarada de risas y voces, protagonizadas por quienes en ese momento celebraban una gimkhana.
  ¿Serían los mismos que iban a participar en la actividad a la que me habían invitado? El contraste iba a ser fuerte. Al menos eso me temía. Yo estaba allí para hablar de libros. Además, no se trataba de uno de mis encuentros habituales (una Biblioteca con un grupo de lectura que había leído previamente una de mis obras), sino de una charla-coloquio sobre El proceso de creación literaria, el mío propio a la hora de construir una novela.
  Me parecía increíble que un alumnado tan plural, sin mediar un breve espacio temporal entre la actividad lúdica y la literaria, pudiera acomodarse en las filas de sillas allí dispuestas para escuchar por qué escribo, cómo fabrico mis historias, cómo elijo los temas, los lugares, los personajes, la trama, la manera de contarlo, el lenguaje. Me sorprendió que se quedaran casi todos.
  Y en la medida en que iba ahondando en la temática objeto de mi charla, me fui dando cuenta de que la respuesta no podía ser mejor. Después, al final de mi exposición, pude disfrutar de su participación activa en un coloquio denso y rico.
  Mi agradecimiento al CEPA Teresa Enríquez por su invitación, por tan cariñosa acogida, por haberme ofrecido la oportunidad de compartir con el profesorado, alumnado y personal del centro, dos horas inolvidables de emociones y letras.
Consolación González Rico






viernes, 24 de marzo de 2017

Vestir mi piel de un verde nuevo…


Alguna vez, muy pronto (no sé cuándo),
encontraré un refugio entre los árboles,
me olvidaré de las preocupaciones,
de los problemas que destruyen los sueños.
Escucharé mi voz, la que habita en lo hondo,
amordazada ahora por los ruidos externos:
rutina, compromisos, obligaciones
elegidas o impuestas
que amontonan renuncias,
que se beben la risa,
que castran los deseos,
que encarcelan latidos,
que devoran la vida…

Y a la luz de la luna
limpiaré el corazón de sueños muertos.
Una cabaña, un retiro entre árboles,
luz y aire, respirar la humedad de las hojas,
vestir mi piel de un verde nuevo.

Consolación González Rico


lunes, 6 de febrero de 2017

COMO EL MAR, VAS Y VIENES...



Como el mar, vas y vienes a mi playa,
te llevas las arenas de mis sueños,
olas gigantes, rumores pequeños,
es mar tu amor que nunca se remansa.

Con susurros alientas mi esperanza,
destruyes mi ilusión con tus silencios,
te alejas cuando soplan otros vientos,
no sé cuándo te tengo y cuándo marchas.

No es nuevo tu vaivén en mis orillas
ni el miedo al oleaje que me lleva,
ni este naufragio de mi barca herida.

Quizá el tiempo restaure mis maderas
y a otros mares me conduzcan los días:
tranquilos, transparentes, sin tormentas.


Consolación González Rico

viernes, 6 de enero de 2017

SIN JUGUETES NI RISAS


No hay magia en las ventanas de su casa,
el estruendo se llevó los cimientos,
las manos de su madre, sus caricias,
el abrigo y el pan, los juguetes,
la risa, los muros de la escuela,
las ropas que cubrían su cuerpo.
Y le dejó un desgarro en la mirada,
una tristeza fría, un mutismo de hielo,
quemaduras que curarán por fuera,
heridas que anidarán por dentro…
Y un camino que nunca se termina,
suelos de barro, alambradas, hambre,
lonas que guardan la orfandad y el miedo.

Exclusión de una infancia sin raíces,
que ha aprendido a llorar en silencio…

Consolación González Rico