Mi ventana, cuando se me escapan las palabras.
Nací en Torrecilla de la Jara, un pueblo que emerge y se hunde entre valles y colinas.
Descubrí las letras en una escuela de paredes blancas, y aprendí a rescatar sueños encerrados en un libro sin pastas, que guardaba en sus hojas gastadas la magia de los cuentos de Grimm.
Cada día me siento ante el teclado a esperar la visita de las musas rodeada de plantas y luz. Suelen visitarme a la hora del café; creo que les encanta mi pequeño rincón.
domingo, 17 de abril de 2016
UN LATIDO...
Un poema tal vez sea un latido,
un grito que se escapa del alma,
la huella de un instante,
la imagen de una emoción.
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