No ocultes con silencios tus rincones,
que el
viento los despoje de hojas muertas,
abre ya
tus ventanas y tus puertas
aunque
la nieve en ellos amontones.
Mejor
abrir la casa a los ladrones
de
soledades y de penas ciertas,
antes
de que en tu oscuridad adviertas
que no
te quedan restos de ilusiones.
No
tengas miedo al frío del invierno
si
compartes con alguien sus rigores,
y no
olvides que el tiempo no es eterno.
Llama sin
miedo cuando a alguno añores,
que tu
voz fundirá el hielo interno
y de la escarcha brotarán
las flores.Consolación González Rico
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