Termina el año con sabor a letras y a emociones. Después de haber pasado
por las bibliotecas de Almonacid, Cobisa, Magán, Malpica, Pantoja, Urda y
Yuncos, sin olvidar mi encuentro con el grupo de lectura de Parque Blanco, ni mi visita al CEPA Teresa Enríquez de Torrijos, diciembre culminó con la presentación de “La calma de las arañas” en la
Biblioteca Santa María de Benquerencia de Toledo, un emotivo broche final.
Mi agradecimiento a bibliotecarias y bibliotecarios, miembros de
clubes de lectura, lectores que me acompañasteis en estos encuentros.
Agradeceros de forma especial las muestras de cariño que recibí
el día 14 de diciembre. Fue una tarde magnífica en la que las palabras de
Jesús Gallardo trazaron con acierto y brillantez las claves de la novela, una
historia de perdedores, de caminos torcidos.
En la presentación de mi quinta novela, sentí de cerca la calidez de tantos amigos, de tantas lectoras y lectores que quisieron estar conmigo ese día, cuya presencia me llenó de satisfacción. Confieso que esa tarde, la del 14 de
diciembre, dejó una marca en mí que nunca podrá borrarse.
¿Cómo no seguir escribiendo? La escritura es en mi día a día un descubrimiento,
un aprendizaje gozoso, un viaje hacia lo desconocido; la oportunidad de vivir
mil vidas, tantas como personajes puedas crear o encontrar en las páginas de un
libro. Una manera vivir
los sueños. Una forma de sobredimensionar el tiempo, las emociones y el
sentir. Un juego en el que soy libre. Mis
personajes hablan por mí, dicen lo que deseo, lo que siento, lo que me gustaría
sentir... Es un mundo sin límites de vivencias y emociones.
Pero quizá, el eje de mi obra narrativa sea, por encima de todo, una
reflexión sobre la realidad próxima o lejana, sobre el peso de las circunstancias en nuestras vidas; una denuncia sobre lo que no me gusta del mundo en el que me ha tocado vivir; una formulación de preguntas a mí
misma, las que traslado al futuro lector, entreveradas entre las páginas del libro, con
la intención de acercarle a esa realidad.
Mi objetivo es que piense sobre ella,
que encuentre su verdad. El ser humano busca verdades, y en este sentido la
literatura, además de divertimento y deleite, es también una introspección
interior: la que se produce en el acto libre y voluntario de la lectura.
Gracias por leerme.
¡Feliz 2018!
Consolación González Rico
El peso de los relojes. "La calma de las arañas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario