Mi pueblo no tenía biblioteca. Tan solo en la escuela, un pequeño armario
de madera carcomida, con vitrinas de cristal, guardaba algunos libros amarillentos;
entre ellos los cuentos de Grimm que desbocaban mi imaginación.
Hoy, por fortuna, en cada localidad, en cada barrio, los libros esperan
en nutridas estanterías una mano salvadora que propicie el viaje mágico de la
lectura; ese recorrido iniciático de mente a mente, de corazón a corazón.
Lo que no podía imaginar entonces, era que en 2014, en las actividades
programadas alrededor del Día de las Bibliotecas, una obra narrativa mía, mi
primera novela escrita, aunque cuarta en orden de publicación, iba a ser objeto de discusión y
debate en un pequeño salón de actos de una biblioteca municipal: la de Olías del Rey.
Fotografía final, aunque no estaban "todos los que eran". |
En mis ya numerosas visitas a las bibliotecas públicas, he podido comprobar
la importancia de los clubes de lectura. Como focos de cultura generados en
torno a un libro, estas reuniones literarias fomentan el pensamiento reflexivo
y crítico, favorecen el intercambio de ideas y opiniones, abren la mente al
conocimiento. Por otro lado, y en una dimensión más íntima, desarrollan el
gusto por la palabra escrita, la sensibilidad, la imaginación, y a través de
ella la capacidad para vivir mil vidas.
Por eso hoy, 24 de octubre, deseo celebrar esta fecha rememorando mi último
encuentro con los lectores y lectoras de Olías del Rey. Quiero destacar su participación
activa y su entusiasmo; valorar el análisis, completo y minucioso, que
realizaron sobre los movimientos conductuales de los personajes de Esclavos
de un motivo, la novela que nos reunió el pasado miércoles a las
cuatro de la tarde, cuando un sol inusual de otoño atravesaba las cristaleras
del salón de actos.
Fue grato y estimulante comprobar, una vez más, que cada encuentro enriquece; que cada
lector siente contigo, revive contigo la historia que has creado, interpreta y recrea
el libro que has escrito.
Mis felicitaciones a cuantos propician, coordinan y forman parte activa de tan fructífera actividad.
Consolación González Rico
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