Ayuntamiento de Burguillos, día 22 de agosto de 2014. Presentación de la novela "Esclavos de un motivo", clasificada entre las diez finalistas del L Premio Planeta |
Eran las siete de la tarde. La Semana Cultural
programada por el Ayuntamiento de Burguillos de Toledo se iniciaba con la
presentación de mi última novela, Esclavos
de un motivo, publicada por Autores Premiados; una historia de pasiones que
aborda la inconsistente libertad de los actos humanos.
Las palabras brotaban con la misma naturalidad que
hubieran surgido en cualquier reunión de amigos: los motivos que nos empujan a
obrar, las causas internas y externas que condicionan nuestros actos, las
pasiones humanas, capaces de convulsionar tantas veces nuestras vidas, hasta el
punto de arrancar las voluntades como si
fueran hojas.
De este modo, entre el calor de la tarde agosteña, fuimos
descubriendo los entresijos de la historia de Andrea Morales, a quien una
pasión inconveniente la encarceló en el pasado, y la hipocresía de una norma
secuestró sus latidos de mujer. Las duras circunstancias que marcaron
su vida, obligarían a esta doctora especialista en anestesiología a adormecer sus propios sentimientos,
tal como hiciera en su tarea de anestesista con el cuerpo de sus pacientes.
Después, fuimos aproximándonos a cada uno de los
personajes, a sus motivaciones más ocultas; las mismas que hacían girar la
rueda de su existencia en la búsqueda muchas veces inútil de la felicidad.
Por último, llegó la pregunta final. La que daría pie a
un coloquio rico y participativo:
¿Realmente
somos libres? Y si aceptamos que nuestra
libertad está condicionada, ¿cuáles
son las cadenas que coartan nuestros actos?
De gran peso sin duda
en el obrar humano, y así fue admitido y compartido por la mayoría de los
asistentes, serían las circunstancias recogidas en uno de los párrafos de la
novela, que bien pudiera encerrar el resumen de la tesis planteada en la misma:
El lugar donde
nacemos, la familia, los estereotipos culturales o religiosos que se nos
transmiten, las personas que nos vamos encontrando en nuestro caminar, los
sentimientos que éstas llegan a despertar en nosotros, no son otra cosa que
eslabones de una misma cadena que nos hace prisioneros de la vida, apretando
más y más el cerco en derredor nuestro.
Una tarde para guardarla en la
memoria.
Y como no hay dos sin tres, parafraseando a Jónatan Fernández, Concejal de
Cultura que promovió esta actividad literaria, cierro mi reseña manifestando
una intención y un deseo: yo también “sueño con el retorno”.
Consolación González Rico
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