domingo, 18 de septiembre de 2016

MI GRATITUD A BIBLIOTECAS Y LECTORES



Biblioteca Municipal de Urda, 22 de noviembre de 2012

Biblioteca Municipal de Villaluenga, 13 de mayo de 2016
Tras el período vacacional, las Bibliotecas Públicas reanudan sus actividades, y dentro ellas las relacionadas con los clubes de lectura. Precisamente hoy, he recibido la primera invitación de la temporada para un nuevo encuentro. Han leído mi novela “Una mujer de la Oretana” y quieren que hablemos del libro (ya detallaré el lugar cuando concretemos día y hora).
Diré que este libro, Premio Alfonso VIII de la Diputación de Cuenca, fue publicado por EDAF en 2008, y después de ocho años sigue dándome muchísimas satisfacciones (espero que su precuela y secuela, ya terminadas, pronto vean la luz). Comencé mi andadura por los clubes en 2010. Mi primer encuentro tuvo lugar en La Biblioteca de Castilla-La Mancha, y desde entonces he visitado las Bibliotecas públicas de Burguillos de Toledo, Cobisa, La Higueruela (Albacete), Los Navalmorales, Los Navalucillos (CEPA "La Raña"), Mascaraque, Mazarambroz, Mocejón, Nambroca, Navahermosa (CEPA La Raña), Ocaña (CEPA "Gutierre de Cárdenas"), Olías del Rey, Orgaz, Polán, Sonseca, Toledo (Biblioteca Regional), Toledo (Santa María de Benquerencia), Urda, Villaluenga, Villaminaya, Villaseca de la Sagra, Los Yébenes y Yunclillos (espero no haberme olvidado de ninguna). Teniendo en cuenta que en algunas de ellas he presentado mis cuatro novelas: “Esclavos de un motivo”, “Entre la arena y el cielo”, “La voz del mar” y la anteriormente citada, se cuentan por decenas mis viajes a las bibliotecas, y por cientos los kilómetros recorridos con mis historias y mis personajes. Ello me ha permitido conocer a fondo estos focos de cultura que se crean en torno a un libro, que fomentan la reflexión, favorecen el intercambio de ideas y opiniones, desarrollan el gusto por la palabra escrita, la imaginación, la capacidad para vivir mil vidas, tantas como personajes quepan en las páginas de los libros leídos. Como autora, quiero expresar mi gratitud a las bibliotecas y a sus responsables por promover estas actividades literarias, por invitarme a formar parte de las mismas. Y cómo no, a las lectoras y lectores que en ellas participan. Estos intercambios han supuesto para mí una compensación, absolutamente necesaria, frente a las innumerables horas volcada en la soledad del teclado. Cada encuentro enriquece, cada lector siente contigo, revive la historia que has creado, pero también, RECREA EL LIBRO QUE HAS ESCRITO.

Consolación González Rico

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