Mi ventana, cuando se me escapan las palabras. Nací en Torrecilla de la Jara, un pueblo que emerge y se hunde entre valles y colinas. Descubrí las letras en una escuela de paredes blancas, y aprendí a rescatar sueños encerrados en un libro sin pastas, que guardaba en sus hojas gastadas la magia de los cuentos de Grimm. Cada día me siento ante el teclado a esperar la visita de las musas rodeada de plantas y luz. Suelen visitarme a la hora del café; creo que les encanta mi pequeño rincón.
martes, 22 de diciembre de 2015
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