Búscame cuando el alba
preludie el nuevo día.
Llama a mi puerta
con tu voz de seda,
desata el nudo de mis soledades,
borra las nubes negras
que sobrevuelan,
en esta noche oscura,
los campos yermos
donde brotó la primavera.
Espérame en el pliegue
de tus labios,
en el suave fluir
de tu reloj de arena.
Junto al brocal del pozo
del recuerdo,
en el cristal del agua
donde se miran
las últimas estrellas.
Encuéntrame
en el nudo de tus brazos,
hazme un hueco en tu sueño,
mientras el sol recorra
el arco de la tierra.
Consolación González Rico
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